Sentires
  Atardecer
 

ATARDECer

Fatal

Te prendes a los huesos y a las pieles,

tu sitio; sangre, vísceras y entrañas,

causante de las muertes con guadañas,

premiado con coronas de claveles.

Prohíbo tu presencia ante los míos,

malvado, ni te atrevas a acercarte,

prometo con mis manos extirparte,

te nombro provocado escalofríos.

Ya diste dos paseos en mis amigos,

saliste victorioso en la batalla.

Me retas y sin darte por vencido…

Incrustas en mi pecho la metralla,

aquella que destruye mi tejido,

y sumas a tu lista otro vasallo.

 

Edgar. 12/07/06 

Testamento cultural

En el día de hoy

he decidido escribir

como se deberá de atar

todo, ya que me voy.

 

Y siento que poco me queda

en este mundo de soledad,

de compañías no deseadas

y de libros inacabados.

 

Yo, la cultura, en vista

de mi cercana muerte,

he creído a bien

sortear mis suertes.

 

Lego con alegría a los niños

el afán por conocer los escritos.

Dejo con pasión desaforada

el arte al enamorado.

 

Os doy mi deseo de aprender

para que con él podáis crecer.

La memoria y la tradición

para que la cuente el mayor.

 

Curiosidad para el más inepto,

que no matará como a un gato.

Para quien mira al futuro, la historia,

para el que ve el pasado, la ciencia.

 

Y después de todo esto

sólo un deseo más,

mis cenizas al viento

que sopla sobre la mar.

 

Edgar.

 

Si me marcho para siempre
Cuando me vaya para siempre amiga mía...
no te vistas de negro,
no digas esos rezos que aprendiste de niña
cuando rezabas junto a tus abuelos....

Cuando me vaya para siempre, amiga mía...
no reúnas a la gente, ni comentes mis cosas,
ni cuentes mis tristezas...

No digas cuanto sufres
en las noches cuando a solas....
lees todos mis versos....

Cuando me vaya para siempre amiga mía...
vistete de rojo
y canta las canciones
que cantábamos a dúo
y piensa que escondido
en algún lugar oscuro
susurro la letra
que cantábamos juntos....

Cuando me vaya para siempre amiga mía....
no sufras ni llores,
ni me busques por esos rincones....

Búscame en las nubes
que cruzan el cielo, o en las estrellas que alumbran
tu paso por ese sendero....

Búscame en la risa alegre de un niño
o en la mirada amorosa de una madre a su hijo...

Cuando me vaya para siempre...

 

 Edgar.

 

Mi fortaleza ya vencida

Ahogado en mi esperanza
Tan pobre, fría y desgarrada
Un silencio crece
En el interior de mi alma.

Cubre con sus siniestras garras
Que al mismo cuello amarra
Rompiendo en gritos de agonía
Al débil hilo de la vida.

Cuanto más busco la semilla
Que haga crecer en mi la alegría
En misterioso caminante
Me veo convertido.

Camino por senda, dolorido
Más corvo y menos altivo
Árboles que son los muros
De mi fortaleza ya vencida.

Piedras que al paso hieren
A mis pies ya descalzos
Que trajeron consigo momentos
De fortuna al tiempo que amargos.

 

Ríos que con sinuosa figura
Dibujaron mi tortuoso pasado
En arroyos y cascadas
Y en su fin mi candor quebrantado.

 

Hojas que han sido mi lecho
En oscuras y amargas noches
De fantasmas burlones y sueños
De viejas historias y cuentos.

Camino por senda, dolorido
Más corvo y menos altivo
Árboles que son los muros
De mi fortaleza ya vencida.

 

Edgar

  

 

Renacer

Al comenzar el día, renace la esperanza
que fallece a la noche, al faltarme su magia
y volverá a la vida el día de mañana
y será así, constante, hasta ver su llegada

Entonces la esperanza, que ya murió mil veces
renacerá a la vida, igual que el ave fénix
y no será importante que haya muerto esas veces
si no, este nacimiento, que durará por siempre

Aprendamos entonces, entre idas y venidas
el dolor que contiene, en su esencia, la vida
y tampoco olvidemos, en un mismo contexto
!cuánta vida! que encierra, un dolor manifiesto.

Edgar

Renacer II 

 

He visto renacer,

he visto amanecer,

he visto oscurecer.

 

Pero hay algo que nunca veré,

ese algo no se explica, ese algo se siente,

es algo con lo que siempre viviré

es con lo que me ocultaré y nunca sabré.

 

No sé cómo empezar,

no sé cómo acabar,

no sé cómo contarte

esos sentimientos de recordarte.

 

En mí siempre estás

aunque tú vayas o vengas

aunque para ti no exista

tú, en mi, siempre estás.

 

Edgar



 
   
 
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